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Hace mucho tiempo que las cuatro amigas soñaban con un viaje de chicas a Europa. Pero siempre había algo que se lo impedía: trabajo, hijos, maridos, dinero… Nunca encontraban el momento perfecto para hacerlo realidad. Pero un día, mientras charlaban en la reunión mensual de su club de lectura, se dieron cuenta de que no podían esperar más. Así que decidieron que el próximo destino de su club de lectura sería Italia, y que ellas irían juntas, aunque fuera por su cuenta.

Después de meses de preparativos, finalmente llegó el día del viaje. Las cuatro amigas se encontraron en el aeropuerto, emocionadas y nerviosas. Se abrazaron, se tomaron selfies y se prometieron que iban a pasarlo de maravilla. Y así fue, al menos durante los primeros días.

Recorrieron las calles de Roma, visitaron el Coliseo, la Fontana di Trevi y el Vaticano. Comieron pasta, pizza y gelato en los restaurantes más auténticos de la ciudad. Se reían, charlaban y se tomaban fotos en cada rincón. Todo parecía perfecto.

Pero al cuarto día, las cosas empezaron a cambiar. Una de las amigas, Laura, recibió una llamada de su marido. Había tenido un accidente en el trabajo y tenía que volver a casa inmediatamente. Laura se puso muy nerviosa y triste, no sabía qué hacer. Pero las otras tres amigas le dijeron que se quedara tranquila, que ellas se ocuparían de todo.

Así que Laura se fue, dejando a sus amigas con un sentimiento extraño. Desde entonces, las cosas no volvieron a ser iguales. Las otras tres amigas seguían disfrutando del viaje, pero había algo en el aire que no les permitía disfrutarlo al cien por cien. Además, la noticia de Laura había hecho que algunas cosas salieran a la luz.

Resulta que una de las amigas, Julia, había estado teniendo problemas con su marido desde hacía tiempo. Y otro de los secretos que salió a la luz fue que una de ellas, Ana, había estado guardando un gran trauma desde su adolescencia. Eso hizo que el ambiente se volviera más tenso y que las discusiones fueran más frecuentes.

Pero a pesar de todo, las amigas seguían adelante con su viaje. Después de Roma, visitaron Florencia, Venecia, Milán y Nápoles. Cada ciudad tenía su propia magia y su propio encanto. Las amigas se sorprendían y se emocionaban con cada nueva experiencia. Pero también se daban cuenta de que, aunque estaban juntas, a veces se sentían solas.

Fue en la última noche del viaje cuando todo cambió. Las amigas estaban cenando en un restaurante en la costa de Amalfi. La luna llena iluminaba el mar y el sonido de las olas era lo único que se oía. Entonces, Julia decidió hablar. Habló de su marido, de sus miedos y de sus inseguridades. Y las otras amigas la escucharon con atención, con cariño y con comprensión. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que, aunque habían tenido momentos difíciles, habían creado un lazo muy fuerte entre ellas.

Después de esa noche, las cosas volvieron a ser como antes. Las amigas volvieron a reír, a charlar y a hacer planes para el futuro. Pero ya no eran las mismas que habían salido de casa hacía dos semanas. Ahora eran más fuertes, más unidas y más conscientes de que, aunque la vida no fuera perfecta, el amor y la amistad podían hacerla más llevadera.

Y así acabó el viaje de las cuatro amigas a Italia. Un viaje que empezó como un sueño de chicas y que se convirtió en una aventura única, llena de emociones, risas, lágrimas y descubrimientos. Un viaje que nunca olvidarían y que siempre recordarían como el momento en el que se dieron cuenta de que, juntas, podían superar cualquier obstáculo.

 

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Categorías: Peliculas

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